"Quien no está dispuesto a realizar pequeñas reformas, no está capacitado para hacer grandes cambios." Gandhi
Esta frase la acabo de escuchar, la dijo Jorge Fernández Menendez para cerrar una entrevista que realizó Marina Arvizu y a Alberto Begné, dipitada y presidente de Alternativa respectivamente.
La cuestión es que es una frase que si bien no había escuchado antes, sí la tenía introyectada. Creo que esa idea ha sido la constante en mi constante discusión con individuos que se dicen de izquierda, y que seguramente lo son, aunque de una izquierda añeja cuasicubana, cuasiestalisnista y cuasiecheverrista.
Todas estas personas creen en el gran líder, en la gran marcha nacional, en la gran revolución; al mismo tiempo todos cometen dos grandes errores, el primero es que todos esas grandes rupturas del statu quo nada tienen que ver con la vida cotidiana de las personas, el segundo gran error es el absoluto desdén hacia la acción pequeña y constante, se olvidan de ella y prefieren seguir esperando, sentados, reflexivos, ansiosos, anquilozados a que llegue ese gran momento de cambio que ya se ha tardado o que históricamente se ha observado que cuando llega no es lo que se esperaba.
Creo que debemos de comenzar a sumar pequeños cambios, pequeñas acciones, la constancia ha sido la clave para que la derecha nos joda sistemáticamente, mientras que las izquierdas (algunas, sobretodo en América Latina) planeamos, y planeamos, esperamos y esperamos y cuando llega un caudillo el siguiente paso es desilusionarnos.
No debemos seguir esperando a ese señor más maravilloso que Santa Claus o los propios tres reyes magos, somos muchos que podemos hacer pequeños cambios que al final del día resultarán más útiles para la vida cotidiana de las personas.