Creo que de los primeros hechos históricos (no vividos) que impactaron en mí y crearon conciencia política, fue el golpe de Estado a Salvador Allende en 1971 en el Palacio de la Moneda. Desde que mi padre me contó y luego escuché alguna canción de Oscar Chávez, Chile se convirtió en un país más cercano para mí, estuve más o menos pendiente de lo que sucedía allá, tan pendiente como puede estar un niño de 10 u 11 años.
Luego tuve un periodo en que Neruda iluminaba mis dudas amorosas, y Victor Jara "no calla", o me imaginaba a Violeta Parra terminando de escribir "Gracias a la Vida" para después suicidarse. Después descubrí el vino chileno, a Ricardo Lagos y después a Bachelet; también conocí en Córdoba, Argentina a algunos chilenos que siempre fueron amables.
En fin, siempre pensé que Santiago de Chile sería una de las primeras ciudades a las que iría, quería caminar por la Alameda, ir a las casas de Neruda, pasar por La Moneda y sentir esa cursi tristeza por el cachito de esperanza que allí mataron (o murió). Quería ver la cordillera de los Andes, beberme un buen vino chileno, comprobar que pese a todo tenemos más coincidencias que diferencias.
Pero no, no he estado en Santiago y sorpresivamente mi hermano se adelantó, se fue pa'l sur y toma el metro "Salvador" para ir a la escuela; él mi hermano que es calladamente de izquierda, que sabe que prefiere a Allende sobre Pinochet, que aunque no lea a Neruda lo respeta, él está en Santiago.
Todo esto puede sonar a envidia de la mala (acaso hay otra??), pero por el contrario, me da un gusto impresionante saber que está allá, viviendo el pulso de un gobierno socialdemócrata, acordándose de mí cuando pasa por la Moneda o cuando ve un afiche de Allende; me llena de alegría saber que volverá distinto, más inteligente, más libre. Sé que apreciará todas y más cosas que yo hubiera apreciado de estar allá, y que de alguna manera sus relatos serán otra manera de estar en Santiago.
Aunque lo extraño muchísimo y no volverá pronto, seguiré alimentando a su pez, comprando su revista y esperando a que la suerte se eche y pueda acompañarlo allá en Santiago...