volví...
Izquierda de uniformes.
Durante el periodo que comprende la segunda posguerra hasta nuestros días han surgido todos los continentes (salvo en Oceanía) expresiones de izquierda cuyo sino ha sido el uso de uniformes, como ejemplos destacados están la antigua U.R.S.S., Corea del Norte, China, Cuba o actualmente Venezuela. Pero con uso de uniformes no me refiero solamente a aquel verde olivo casi café que usan las élites en el poder, sino a la imposición de una idea de uniformidad que pretende ser insertada como parte de programas de igualitarismo.
Así, de nuestra mente es imposible disociar las imágenes de la Plaza de la Revolución en La Habana, Tian’anmen o la Plaza Roja de Moscú (y en menos medida en la Caracas de hoy) en donde los regímenes comunistas reunieron y siguen reuniendo a miles de personas usando las mismas banderas, las mismas playeras, las mismas gorras, los mismos uniformes.
Por supuesto existen dos rasgos en común de todos estos regímenes, el primero tiene que ver con su origen armado (en el caso venezolano y áfrico-subsahariano desde estructuras militares del propio Estado) y no social, es decir, en términos del mismísimo Marx (a quienes los seguidores de estos regímenes veneran con más vehemencia que un saudí a Alá) no son movimientos del proletariado que decide hacer la revolución. El otro rasgo en común de estos regímenes comunistas es el autoritarismo; con sus distintos matices y niveles en todos estos países existieron y existen violaciones de los Derechos Humanos, limites a las libertades y en casos extremos desapariciones, persecuciones y asesinatos.
Es este rasgo autoritario el que se relaciona con los uniformes, es decir, éstos no tienen tanto que ver con la igualdad sino con la eliminación de la diversidad. Estos regímenes cuentan con poca legitimidad al no ser electos democráticamente (en la gran mayoría de os casos) por lo que es imprescindible hacer constantes demostraciones de fuerza, enviar el mensaje de apoyo generalizado de la población eso es lo único que les legitima. Por eso les aterroriza la diversidad, no se pueden dar el lujo de que grupos importantes de la población piensen distintos, quieran otra cosa, conozcan otras cosas, por eso limitan la salida de sus países, controlan los medios, bloquean el ingreso a ciertas páginas de internet (las que tienen la palabra democracia por ejemplo). El argumento se bifurca en dos, por un lado consideran constante la amenaza del imperialismo con el cual no quieren tener nada que ver, el otro argumento es que la concepción individual de los Derechos Humanos les parece individualista e inferior al concepto más alto de la revolución de “todos”.
Los uniformes son en estos lugares y tiempos nada más que un disfraz, son el disfraz de la igualdad que oculta la posibilidad de la diversidad y la libertad. No creo que todos y todas en la izquierda tengan esta concepción de igualdad, creo que la igualdad tiene que ser vista no como uniformidad sino como la posibilidad real de que todos y todas nos podamos desarrollar como mejor nos convenga, en diversidad y con libertad.
No sé a qué se le llama izquierda auténtica, creo que eso no existe, existen distintas izquierdas, las autoritarias y las democráticas, las elitistas y las ciudadanas, las nacionalistas y las internacionalistas, las conservadoras y las liberales, pero no creo que ninguna sea “la auténtica”, cada quien tendrá su favorita la que más le atraiga, desde mi puesto de visión una izquierda que busca la uniformidad renuncia a alcanzar la igualdad y la libertad de sus sociedades.

Pyongyang

Plaza de la Revolución, La Habana
Chavistas en las calles de Caracas.Tian'anmen