
Como saben hace 15 días se realizó el evento "Levántate", a penas hoy pude checar las fotos de los eventos realizados en la ciudad de México (y el nuestro en Satélite). Tenía yo una cara de satisfacción, sentía que habíamos puesto un granito de arena y aunque lo sigo sintiendo algo me conmovió de sobremanera. Buscando entre las fotos de otras regiones me encontré con esta foto de Kawangware Nairobi, Kenya.
Me sobrecogió ver las caras felices de niños entre perros y basura, aquí mismo he visto pobreza, no es ello en sí lo que me sobrecoge, me sobrecoge pensar en el desamparo que da la indiferencia, queremos cambiar las cosas, ser revolucionarios pero no nos referimos a la vida cotidiana, tenemos un cadaver en la boca; y apesta cada vez más cuando uno se interna en estas realidades y pierde sentido Marx y Engels, Gramsci, Rorty y Giddens. Que lejos estas todos ellos de referirse a estos niños entre perros, descalzos, flacos y con la única esperanza de gozar su infancia.
Decidí poner la foto de estos pequeños kenyanos porque representan per se la causa, porque poner la foto de nosotros en vez de la de ellos hubiera sido profundamente egoista y ególatra. Estos niños kenyatas tienen tanto que ver con tantos niños africanos, y éstos a su vez con tantos niños latinoamericanos y a su vez con tantos niños mexicanos. No están tan lejos, nuestros niños también quiere disfrutar de su infancia, y nosotros miramos hacia otra parte, quizás podemos hacer poco, pero hagamos ese poco, lo diré mil y un veces cualquier acción por pequeña o gigante que sea será mejor que la inacción.
No salgamos con pendejadas de que si Cuba o España, que si Chile o Venezuela, eso no sirve, solo existe el sufrimiento, hagamos lo que esté en nuestras manos para eliminarlo progresivamente.
Quizás este post sea de los menos coherentes, quise escribir sin el velo de pseudointelectual que siempre procuramos anteceder al sentir descarnado, disculpen si sueno burdo, si perdí el estilo (si es que alguna vez lo tuve), disculpen que aquí lo más importante es tener conciencia de que en América Latina, en África o en Medio Oriente, en el mundo pues, hay niños que viven entre basura, que probablemente tengan enfermedades incurables (aunque ya se hayan erradicado en muchas ocasiones), y quizás no tengan nada que llevarse a la boca, tengámoslo presente, solo hay algo peor que la pobreza, nuestra indiferencia.