21/06/07

Ni una ni otra...

La disyuntiva no es entre libertad o igualdad, tampoco entre comunismo o neoliberalismo. Este maniqueismo ideológico es más bien un refrito del antiguo debate de la Guerra Fría. No podemos pensar que no existe opciones a una de estas dos, no podemos justificar los errores de ambos modelos por considerar un valor más superior que el otro.
Algunos dicen que la opresión, las carencias y la clausura de la esperanza en que viven la mayoría de los cubanos se justifica por la lucha contra el imperialismo y la búsqueda de la igualdad; además quienes afirman esto, suelen comparar a los pobres barrios habaneros con las zonas más pobres de muchos sitios en México, y luego de esta simple suma y resta, afirman que la mejor opción es vivir como en Cuba.
Otros afirman que la pobreza extrema en que se vive en muchos sitios de México se justifica porque somos más libres que como se vive en lugares como Cuba, éstos suelen comparar lo bien que les ha ido o que le ha ido a otros al trabajar en un empresa transnacional y la libertad en que viven con la realidad cubana.
Creo que no se trata de elegir entre el neoliberalismo mexicano y el comunismo cubano, nos tienen que doler nuestros pobres extremos y nos tienen que doler los cubanos oprimidos. Yo creo en un sistema que logre conciliar ambos valores, sin libertad no sirve de nada la igualdad, sin igualdad no sirve de nada la libertad, y no me refiero a cuestiones simplemente filosóficas, hablo de la vida real, de lo cotidiano.
Por lo tanto diría que debemos olvidarnos del maniqueismo, no se trata de acabar con el comunismo cubano para que todas las transnacionales americanas lleguen a colonizar la isla, no se trata de convertir a la Bodeguita en un pintoresco McDonalds; no se trata de expropiar a todas las transnacionales americanas para crear empresas paraestatales y limitar las libertades en nombre de la revolución.
Se trata de observar los contextos en que vivimos en América Latina, y a partir de ello plantear fórmulas posibles y creativas para que existan cada vez menos pobres y ricos no tan ricos, y para que existan cada vez más no sea ni el Estado ni las carencias las que impidan ejercer nuestras libertades, aquí, en Cuba y en todas partes.

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