Mtro. Alberto Begné Guerra:
En El Universal de hoy, pareció una editorial de usted (http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/38059.html), por supuesto que fue difícil terminar la lectura de la misma, es cierto que la calidad en la prosa es buena, es cierto que algunos argumentos parecen convincentes, pero también es cierto que el trasfondo de todo ello es justificar una postura que más que pragmatismo resulta en un evidente oportunismo.
El primer planteamiento que usted hace es que los objetivos deben de estar por encima de los instrumentos, es decir que resulta irrelevante si se usa por instrumento la mentira o la corrupción o en un caso extremo las armas si a fin de cuentas el objetivo persiste y estos instrumentos nos acercan a él. Más o menos una reedición de “el fin justifica los medios” de Maquiavelo, por mucho que lo diga un socialdemócrata ejemplar como Felipe González.
Esa es una primera cuestión, es decir, no todos los instrumentos son legítimos, los instrumentos perversos nos definen como perversos y por tanto nos alejarán de los objetivos. En un aspecto más práctico, el partido que usted “encabeza” y del que yo soy todavía y pese a todo orgullosamente parte, tiene por objetivo la dignificación de la política y en ese difícil (quizás imposible) objetivo, los instrumentos, los métodos son fundamentales. Es decir, no se puede dignificar la política utilizando los instrumentos que la hacen indigna.
Finalmente usted hace una crítica (que casi lleva nombres y apellidos) al dogmatismo con que suele conducirse sobretodo la izquierda; esto me parece que es acertado, el dogmatismo nos lleva a la rigidez, a la ceguera, el problema es que usted ha confundido el dogmatismo con la congruencia, sin ella de nada sirve perseguir los objetivos más altos, por múltiples razones, pero le daré una que a usted seguramente le importa (o quizás no), los votos, la gente no votará a un partido incongruente, porque temerá que en cualquier momento los objetivos puedan dejar de ser esos tan altos que perseguimos algún día.
Seguramente usted está muy ocupado para leer este blog, así que le enviaré esta entrada a su correo electrónico, esperando que se dé un tiempo ya no digamos para contestarlo, pero sí para leerlo.
En El Universal de hoy, pareció una editorial de usted (http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/38059.html), por supuesto que fue difícil terminar la lectura de la misma, es cierto que la calidad en la prosa es buena, es cierto que algunos argumentos parecen convincentes, pero también es cierto que el trasfondo de todo ello es justificar una postura que más que pragmatismo resulta en un evidente oportunismo.
El primer planteamiento que usted hace es que los objetivos deben de estar por encima de los instrumentos, es decir que resulta irrelevante si se usa por instrumento la mentira o la corrupción o en un caso extremo las armas si a fin de cuentas el objetivo persiste y estos instrumentos nos acercan a él. Más o menos una reedición de “el fin justifica los medios” de Maquiavelo, por mucho que lo diga un socialdemócrata ejemplar como Felipe González.
Esa es una primera cuestión, es decir, no todos los instrumentos son legítimos, los instrumentos perversos nos definen como perversos y por tanto nos alejarán de los objetivos. En un aspecto más práctico, el partido que usted “encabeza” y del que yo soy todavía y pese a todo orgullosamente parte, tiene por objetivo la dignificación de la política y en ese difícil (quizás imposible) objetivo, los instrumentos, los métodos son fundamentales. Es decir, no se puede dignificar la política utilizando los instrumentos que la hacen indigna.
Finalmente usted hace una crítica (que casi lleva nombres y apellidos) al dogmatismo con que suele conducirse sobretodo la izquierda; esto me parece que es acertado, el dogmatismo nos lleva a la rigidez, a la ceguera, el problema es que usted ha confundido el dogmatismo con la congruencia, sin ella de nada sirve perseguir los objetivos más altos, por múltiples razones, pero le daré una que a usted seguramente le importa (o quizás no), los votos, la gente no votará a un partido incongruente, porque temerá que en cualquier momento los objetivos puedan dejar de ser esos tan altos que perseguimos algún día.
Seguramente usted está muy ocupado para leer este blog, así que le enviaré esta entrada a su correo electrónico, esperando que se dé un tiempo ya no digamos para contestarlo, pero sí para leerlo.
Atentamente,
Juan Salvador Gómez Cruces
Representante del Partido Alternativa Socialdemócrata ante el Instituto Electoral del Estado de México.
Juan Salvador Gómez Cruces
Representante del Partido Alternativa Socialdemócrata ante el Instituto Electoral del Estado de México.
2 comentarios:
Déjame hacer el recuento de cómo llegué a tu blog.
En google puse a Alberto Begné y unas líneas abajo apareció una liga a un blog de Juan Salvador - Entre céfiros y trinos... "Carta a...". Mmmm, voy a leer.
He estado al pendiente del caso de Alternativa en su alianza con el PRI en Veracruz. Cuando Begné trató de justificar el hecho con argumentos como la diferencia entre los "intrumentos" y los "objetivos" nunca pude dejar de pensar que era la misma gata pero revolcadita de Maquiavelo con "el fin justifica los medios". Donde diga "instrumentos" cámbiese por "medios" y donde se diga "objetivo(s)" pues simplemente leer "fin(es)". Así de simple. ¡Alivio! No soy el único que piensa lo mismo.
Muy buena tu carta para el presidente de Alternativa, espero de verdad que recibas alguna respuesta de su parte (cuando menos por cortesía).
A mi me pasó hace poco tiempo, seguro debes estar enterado, con respecto al caso del diputado que renunció a la bancada de Alternativa para migrar al PAN, que decidí enviarle un correo electrónico al "señor diputado" para que me diera una explicación (según yo tengo ese derecho, voté por su partido el año pasado). No creo que sea una sorpresa para ti contarte que recibí una soberana indiferencia para mi solicitud. Pero bueno...
Te envío un saludo.
Eduardo:
Que bueno que entraste a este blog, en lo personal preferiría no tener que dedicar espacios a cosas tan desagradables como el asunto de Begné.
Te comento dos cosas, por un lado no somos pocos los que estamos en contra del oportunismo de Begné, por otro lado nohe recibido respuesta, ni siquiera un acuse de recibo por parte de éste.
Espero sigas entrando a este blog.
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