Como en muchos de los temas de la agenda noticiosa en México en que la opinión tiende a polarizarse, el caso de la remoción de los consejeros del Instituto Federal Electoral (IFE), también se ha polarizado.
En esta polarización, en la que hay pocos y/o malos argumentos, los matices parecen no existir y otra vez yo me quedo en medio, yo tengo mis razones para que se vayan pero no quiero que le lleguen así no más porque es "parte de la reforma electoral".

Primero quiero aclarar, que yo soy de los que cree que la elección del 2 de julio tuvo muchas irregularidades (y que en lo personal el dictamen del Tribunal Electoral fue bastante tibio, creo que había suficientes elementos para decretar la nulidad), pero no creo que el IFE se haya prestado para un fraude al estilo de "la caída del sistema" del 88.
¿Por qué quiero y creo que sería mejor un IFE sin estos consejeros?
Estos consejeros desde un principio tuvieron poca legitimidad al ser electos sólo por dos fuerzas políticas (PAN y PRI, excluyendo al PRD) bajo el amparo y visto bueno de la ominosa maestra. La forma en que llegaron debería también ser una lección, a saber, no se puede elegir un Consejo General del IFE sin consenso de todas las fuerzas políticas o en su defecto las fuerzas políticas no deben de elegir a los consejeros, lo cual implicaría definir quién sí y sería quizás muy discutible, pero seguramente podría encontrarse un árbitro adecuado para ello. Entonces, este pecado original del Consejo General del IFE, siempre lo hizo insostenible ante las comparaciones con el Consejo que presidió José Woldenberg, y hasta nuestros días (incluso ahora peor), este Consejo adolece de esa casi absoluta confianza del anterior Consejo, por eso, por la desconfianza -quizás mínima- que me provocan estos consejeros, quisiera que deberían de irse.
Pero qué pasa si pese a ese pecado original, ese grado alto o bajo de desconfianza, estos consejeros hacen un trabajo impecable. Pues en dado caso tod@s nos tendríamos que tragar nuestra desconfianza y aceptar que este Consejo General funcionó tan bien como el de Woldemberg et al. Pero acaso ¿este es el caso de este Consejo?, me parece que no, me parece que este Consejo tuvo graves errores antes y después de la elección. Por una parte, el IFE fue incapaz de evitar que los empresarios, el presidente Fox y hasta Betty La Fea se metieran pública y descaradamente a cargar la balanza hacia un lado, que si el efecto fue el que querían, eso es otra discusión. El IFE también tardó mucho tiempo en quitar la propaganda negra del Partido Acción Nacional, que si se trata de libertad de expresión o no, que si la gente no es tonta, etc., también es otra discusión, lo cierto es que la ley electoral prohibe tal propaganda. Después de la elección, Luis Carlos Ugalde actuó de manera poco precisa al brindar información, quizás cumplió un acuerdo previo (con técnicos y todas las fuerzas políticas) y por eso no dio resultados preliminares, pero sí debió de ser más claro respecto a las boletas con inconsistencias. Finalmente, Ugalde jamás supo ponerse por encima de las acusaciones de Andrés Manuel López Obrador, más allá de que fueran ciertas o no, lo cierto es que se quedó corto.
Es decir, la mínima desconfianza que rodea a este Consejo me hacen querer que se renueve, y por otra parte la ineficacia para no ser rebasado por los actores que jugaron sucio y limpio en la elección, me hacen pensar que este Consejo debe renovarse.
¿Por qué no quiero que les corten la cabeza como quieren cortársela?
El trasfondo de querer cortárles la cabeza a los consejeros es claramente una venganza política, un ajuste de cuentas "el fraude electoral", pero se encubre bajo la sábana de la reforma electoral. Quienes defienden a los Consejeros hablan de la autonomía que deben de tener; yo estoy de acuerdo parcialmente con ese argumento, creo que el principio de autonomía del IFE debe de ser respetado, pero tampoco creo que pueda ser en términos absolutos.
Supongamos que hay pruebas irrefutables de que Luis Carlos Ugalde metió la mano en la elección y que gracias a él y a sus consejeros, Felipe Calderón es presidente, ¿acaso podríamos invocar la autonomía, para que estos consejeros permanecieran?, pero parece que no, pero sí me parece que no podríamos quitarlo vía un acuerdo entre dos o tres partidos, con razones poco claras. Por eso, creo que si se quiere renovar al Consejo (como yo quiero), la vía no es la reforma electoral, la vía tuvo que ser un juicio político en el que se airearan todos los argumentos y pruebas por las que el Consejo debe de ser renovado, incluso, si AMLO tiene pruebas de que Ugalde fue parte del "fraude", pues era momento para sacarlas y con toda razón cortarle la cabeza a Udalde.
No sé si mis argumentos alcancen para que en un juicio político los Consejeros abandonen el IFE, no sé si basta con las pruebas de ineficacia que tuvieron antes y después de la elección; lo que sí sé es que incluso siendo suficientes mis argumentos, estos no justificarían la salida de los consejeros por la vía que hoy se propone, por lo tanto mi postura es que le lleguen los consejeros, que renuncien, que acepten sus errores o que se les haga juicio político, pero que los partidos no abusen y les corten la cabeza de la forma tan poco democrática en que lo quieren hacer.