La Mentira Cómoda
No creo ser uno de esos antisistema aunque tampoco estoy conforme totalmente con él; una de mis inconformidades con el sistema tiene que ver con las formas de producción y consumo que el sistema capitalista nos ha impuesto.
El modo de producción capitalista privilegia la disminución de costos a como dé lugar y esto implica la sobreexplotación de los recursos naturales. La producción a gran escala exige el uso intensivo de estos recursos, lo que implica el desgaste de la tierra, la deforestación, la contaminación excesiva de hidrocarburos, entre otras cuestiones que poco a poco (o más bien muy rápido, a penas la segunda mitad del siglo XX) han ido cambiando las condiciones naturales de nuestro planeta, lo que nos está llevando a dos cosas fundamentales: 1) escacez de recursos naturales, por ejemplo el agua está contaminada, los mantos friáticos ya no absorben el agua de lluvia en las grandes ciudades por lo que no es novedad hablar de la hipotética guerra por el agua. 2) cambio climático, es decir que el aumento de 1º centígrado en la temperatura de la tierra, a causa de la producción capitalista, nos ha llevado al incremento y la intensificación de los fenómenos naturales, como los huracanes, o el deshielo de los polos, las olas de calor, etc. fenómenos todos que van produciendo otros cambios fatales como la extinsión de algunas especies o el aumento en el nivel de mar que podría provocar inundaciones y el sumergimiento para siempre de zonas urbanas.
Eso por el lado de la producción, por el lado del consumo el sistema capitalista nos ha enseñado a que el sentido de la vida es el consumo, de modo que entre más consumimos somos "más felices". Pero este afán por consumir y consumir provoca no sólo la generación de más residuos que van contaminando la tierra, sino que también al exigir alimentos o productos importados de partes lejanas de nuestro mundo, entonces los productos son empacados de manera más intensiva lo que también genera mayores residuos, al tiempo de que el tener que transportar estos productos desde zonas lejanas, obliga al uso intensivo de energías sucias.
Esta es la mentira cómoda del capitalismo, la idea de que nuestro modo de producir y de consumir es el único que le da a unos utilidades y a otros felicidad. Es más fácil producir sin importar contaminar el planeta en lugar de invertir en la implementación de energías limpias que si bien involucran un costo de producción mayor, al largo plazo no será dañino para el planeta. Es más fácil comprar productos altamente empacados o detergentes que contaminan los mantos friáticos que procurar buscar productos ambientalmente amigables.
En fin, sirva esto para que quienes no sepan del tema sepan un poco y para que quienes lo conozcan de pe a pa, sepan que no están solos, que somos muchos y podemos ser cada vez más.
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