27/09/08
Vuelta a la página...
17/09/08
Morelia 2008
We must...

16/09/08
Otro mundo, otro camino
Para muestra un botón... el tema del festival que realizará...
El subcomandante Marcos convocó ayer al primer Festival Mundial de la Digna Rabia, que se realizará del 26 de diciembre de 2008 al 4 de enero de 2009, con el tema Otro mundo, otro camino: abajo y a la izquierda, que se realizará en el DF, San Cristóbal de las Casas y Oventic, en los Altos de Chiapas. En el DF se realizará del 26 al 29 de diciembre, en Oventic el 31 de diciembre y 1 de enero, y en San Cristóbal de las Casas del 2 al 4 de enero.
Esa es la fórmula, replantearnos TODO... cambiar TODO, porque lo hay es un marasmo social.
11/09/08
El letargo negociado
Todo se va en la búsqueda de lo posible: el pleito y el empate de cada día. El país por eso avanza poco, discute mal –locuras o trivialidades–, se paraliza por caprichos y parece ir a la deriva, en manos de pequeñas iniciativas del gobierno y grandes oportunismos de la oposición.
09/09/08
Si quieren crecer giren a la izquierda
TRIBUNA: Laboratorio de ideas JOSEPH E. STIGLITZ
JOSEPH E. STIGLITZ 07/09/2008
Tanto la izquierda como la derecha de Estados Unidos afirman que defienden el crecimiento económico. Por lo tanto, ¿deberían los votantes que intentan decidirse por una de las dos opciones tomárselo como una cuestión de elegir entre dos equipos alternativos de gestión?
En efecto, existen diferencias importantes entre las estrategias de crecimiento, y es muy probable que lleven a resultados distintos. La primera diferencia reside en el concepto mismo de crecimiento. El crecimiento no es un simple aumento del PIB. Debe ser sostenible: el crecimiento basado en la degradación del medio ambiente, en los empachos de consumo financiados por la deuda, o en la explotación de recursos naturales escasos, sin que haya una reinversión de los beneficios, no es sostenible.
El crecimiento también tiene que ser inclusivo: debe verse beneficiada al menos una mayoría de los ciudadanos. Las economías de goteo no funcionan: de hecho, un incremento del PIB puede incluso empeorar la situación de la mayoría de los ciudadanos. El crecimiento estadounidense de los últimos tiempos no ha sido ni económicamente sostenible ni inclusivo. La mayoría de los estadounidenses están peor ahora que hace siete años.
Pero no hay por qué elegir entre crecimiento y desigualdad. Los gobiernos pueden potenciar el crecimiento aumentando la integración. La mayor riqueza de un país es su población. Por eso es fundamental asegurarse de que todo el mundo pueda alcanzar su potencial, para lo cual es necesario que todos tengan oportunidades para recibir una educación.
Una economía moderna también requiere que se asuman riesgos. Los individuos están más dispuestos a arriesgarse cuando existe una buena red de seguridad. En caso contrario, puede que los ciudadanos exijan protección frente a la competencia extranjera. La protección social es mucho más eficiente que el proteccionismo.
La incapacidad para fomentar la solidaridad social puede tener también otros costes, como el gasto social y económico que requieren la protección de la propiedad y la encarcelación de criminales, que no es nada desdeñable. Se calcula que en unos años en Estados Unidos habrá más trabajadores en el sector de la seguridad que en el de la educación. Un año en la cárcel puede costar más que un año en Harvard. El coste que conlleva encarcelar a dos millones de estadounidenses (una de las tasas per cápita más altas del mundo) debería restarse del PIB, pero a pesar de ello se añade.
Una segunda diferencia importante entre la izquierda y la derecha es el papel que desempeña el Estado en el fomento del desarrollo. La izquierda comprende que el Gobierno tiene una función vital en las infraestructuras y la educación, en el desarrollo tecnológico, e incluso como empresario. El Gobierno estableció las bases de Internet y de las revoluciones modernas de la biotecnología. Durante el siglo XIX, la investigación llevada a cabo en las universidades estadounidenses con dinero público creó la base para la revolución agraria. Gracias al Gobierno, estos avances llegaron a millones de agricultores estadounidenses. Los préstamos para pequeñas empresas han sido cruciales en la creación no sólo de nuevas empresas, sino también de nuevos sectores.
La última diferencia puede parecer un tanto extraña: la izquierda ahora comprende los mercados, y el papel que pueden y deben tener en la economía. La derecha, especialmente en Estados Unidos, no. La Nueva Derecha, representada por la Administración de Bush y Cheney, no es más que el viejo corporativismo con un traje nuevo.
No son libertarios. Creen en un Estado fuerte, con importantes poderes ejecutivos, pero utilizados en la defensa de intereses establecidos, sin prestar demasiada atención a los principios del mercado. La lista de ejemplos es larga, pero incluye subsidios a grandes empresas agrícolas, aranceles para proteger el sector del acero y, más recientemente, los megarrescates de Bear Stearns, Fannie Mae y Freddie Mac. Pero la falta de coherencia entre la teoría y la práctica viene de lejos: el proteccionismo aumentó con Reagan, entre otras cosas, mediante la imposición de limitaciones supuestamente voluntarias a la exportación de automóviles japoneses.
La nueva izquierda, en cambio, intenta que los mercados funcionen. Los mercados sin trabas no funcionan bien por sí solos, una conclusión que se ve confirmada por el actual desastre financiero. Los defensores de los mercados a veces admiten que efectivamente fallan, incluso desastrosamente, pero afirman que los mercados se "autocorrigen". Durante la Gran Depresión, se oían argumentos similares: el Gobierno no tenía por qué intervenir, puesto que, a la larga, los mercados harían que la economía volviese al pleno empleo. Pero como bien dijo John Maynard Keynes, a la larga todos estamos muertos.
En un marco de tiempo relevante, los mercados no se autocorrigen. Ningún gobierno puede permanecer de brazos cruzados mientras un país entra en recesión o en una depresión, ni siquiera cuando han sido causadas por la avaricia de los banqueros o por los errores en la evaluación de riesgos que cometen los mercados de valores y las agencias de rating. Pero si los gobiernos van a pagar la factura sanitaria de la economía, deben tomar medidas para que sea menos probable que se necesite ingresar en el hospital. La cantinela de la derecha sobre la liberalización resultó estar equivocada, y ahora estamos pagando el precio. Y el total de la factura, en lo que se refiere a producción perdida, será alto, posiblemente superior al billón de euros sólo en Estados Unidos.
La derecha a menudo atribuye sus orígenes intelectuales a Adam Smith, pero aunque Smith reconocía el poder de los mercados, también admitía sus límites. Incluso en su época, las empresas habían descubierto que podían aumentar sus beneficios con mayor facilidad conspirando para incrementar los precios que creando productos innovadores de manera más eficiente. Hacen falta unas leyes antimonopolio fuertes.
Organizar una fiesta es fácil. En un primer momento, todo el mundo puede sentirse a gusto. Fomentar el crecimiento sostenible resulta mucho más complicado. Hoy en día, la izquierda, a diferencia de la derecha, tiene un programa coherente, que ofrece no sólo un mayor crecimiento, sino también justicia social. Para el electorado, la decisión debería ser sencilla.
07/09/08
Entre Céfiros y Trinos 3.1
PROBLEMAS TÉCNICOS
ESPERO POSTEAR PRONTO EN CUANTO TODO VUELVA A LA NORMALIDAD.
ATENTAMENTE,
MAESTRO WEB
03/09/08
Mitos extendidos I: Los consulados y embajadas mexicanas son territorio nacional
“ARTÍCULO 30.
Locales
1. El Estado receptor deberá facilitar, de conformidad con sus leyes y reglamentos, la adquisición en su territorio, por el Estado que envía, de los locales necesarios para la oficina consular, o ayudarle a obtenerlos de alguna otra manera.”
Convención de Viena Sobre Relaciones Consulares
“Capítulo II
De los Mexicanos
Artículo 30. La nacionalidad mexicana se adquiere por nacimiento o por naturalización.
A) Son mexicanos por nacimiento:
I. Los que nazcan en territorio de la República, sea cual fuere la nacionalidad de sus padres.
II. Los que nazcan en el extranjero, hijos de padres mexicanos nacidos en territorio nacional, de padre mexicano nacido en territorio nacional, o de madre mexicana nacida en territorio nacional;
III. Los que nazcan en el extranjero, hijos de padres mexicanos por naturalización, de padre mexicano por naturalización, o de madre mexicana por naturalización, y
IV. Los que nazcan a bordo de embarcaciones o aeronaves mexicanas, sean de guerra o mercantes.
B) Son mexicanos por naturalización:
I. Los extranjeros que obtengan de la Secretaría de Relaciones carta de naturalización.
II. La mujer o el varón extranjeros que contraigan matrimonio con varón o con mujer mexicanos, que tengan o establezcan su domicilio dentro del territorio nacional y cumplan con los demás requisitos que al efecto señale la ley.”
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
"Capítulo II
De las Partes Integrantes de la Federación y del Territorio Nacional
Artículo 42. El territorio nacional comprende:
I. El de las partes integrantes de la Federación;
II. El de las islas, incluyendo los arrecifes y cayos en los mares adyacentes;
III. El de las islas de Guadalupe y las de Revillagigedo situadas en el Océano Pacífico;
IV. La plataforma continental y los zócalos submarinos de las islas, cayos y arrecifes;
V. Las aguas de los mares territoriales en la extensión y términos que fija el Derecho Internacional y las marítimas interiores;
VI. El espacio situado sobre el territorio nacional, con la extensión y modalidades que establezca el propio Derecho Internacional."
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
Más aún, la misma Convención de Viena para Relaciones Consulares tiene una Reserva por parte de México que a la letra dice lo siguiente:
"México no acepta la parte del artículo 31, párrafo 4 de la misma, que se refiere al derecho de expropiación de los locales consulares, fundamentalmente porque este párrafo, al contemplar la posibilidad de que sean expropiados los locales consulares por el Estado receptor, presupone que el Estado que envía es propietario de ellos, lo que en la República Mexicana no puede ocurrir conforme a las disposiciones del Artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, según las cuales los Estados extranjeros sólo pueden adquirir, en el lugar permanente de la residencia de los Poderes Federales, la propiedad privada de bienes inmuebles necesarios para el servicio directo de sus embajadas o legaciones."
Convención de Viena para Relaciones Consulares
01/09/08
Más de Rincón Gallardo
Por aquellos días las autoridades dijeron de él muchas mentiras. La más inverosímil fue cuando se le acusó de haber lanzado bombas molotov. Riendo de sí mismo, Rincón solía levantar los brazos y afirmar que aquello era imposible.
Y lo era, no por las razones más obvias, sino por el imbatible rechazo que a lo largo de su vida sostuvo en contra de la violencia. Fue comunista, fue socialista, fue un hombre de izquierda, pero nunca consideró a la vía armada como instrumento de transformación.
Esta convicción suya sería la brújula más importante de su larga e histórica actuación política en nuestro país. En lugar de reunir furia, enojo o rencores, una vez que pudo salir de Lecumberri, Rincón Gallardo se convirtió en una de las voces más vibrantes para convocar al cambio pacífico del sistema político mexicano.
Se asumió demócrata, antes que cualquier otra cosa. Reformista y ya no revolucionario.
Intuía bastante bien dónde podrían terminar las cosas para México si la ruta de la confrontación escalaba. En su juventud visitó varias veces Europa del este. Miró de cerca la destrucción moral que un Estado autoritario podía provocar sobre las sociedades cuando se instalaba la polarización.
Con otros dirigentes del Partido Comunista Mexicano redactó un airado extrañamiento en contra del gobierno de la Unión Soviética cuando los tanques rusos invadieron la ciudad de Praga, en la primavera de 1967. Aquél fue uno de los tantos actos de autosubversión que Gilberto Rincón Gallardo se impuso a lo largo de su vida.
Por su confianza en las soluciones pactadas fue que, como dirigente relevante de la izquierda mexicana, se opuso una y otra vez a la guerrilla. Entendió las razones de aquellos jóvenes. Simpatizó con sus argumentos. Pero no estuvo dispuesto a apoyar la ruta armada que los guerrilleros hubieran tomado para defenderse.
En contraste, se invirtió con todas sus energías en las pista contraria. En los complejos años 70 apostó por el diálogo con el régimen priísta. Exigió la amnistía para los presos políticos. Reclamó la apertura del régimen. Cuando todavía era inviable, se empeñó en la vía electoral para despresurizar las tensiones y, sobre todo, para volver plural al poder político.
Muy pronto comenzó a recibir recriminaciones de los suyos. Fue calificado de antirrevolucionario, de traidor a la lucha de clases, de ingenuo, cuando no, de vendido al sistema. Pero aquello tampoco lo amedrentó. Necio por momentos, y tenaz la mayoría de las veces, Rincón Gallardo logró convencer a más de uno sobre la viabilidad de sus propuestas.
En 1976 recibió respuesta a sus afanes. Jesús Reyes Heroles —operador político de José López Portillo y luego secretario de Gobernación— le propuso legalizar al Partido Comunista Mexicano. Invitó a los dirigentes de esa organización para que participaran en la confección de una nueva ley electoral.
No hay manera de explicarse la transición a la democracia que se vivió después en México sin aquel importantísimo momento.
Rincón volvería a participar de manera protagónica en las subsiguientes reformas democráticas. Casi siempre supo colocarse por encima de las luchas partisanas. Gracias a su notable capacidad para logar acuerdos, se hizo amigo de personalidades cuyo origen político era muy distinto al suyo. Fue cercano a Carlos Castillo Peraza. Valorado por Ernesto Zedillo. Político respetado ante los ojos de Andrés Manuel López Obrador.
Hombres de su naturaleza humana quedan ya muy pocos hoy. Deja ahora un inmenso hueco, pero queda también su obra. Es justo afirmar que Gilberto Rincón Gallardo fue uno de los principales fundadores del nuevo Estado mexicano.